sábado, 2 de abril de 2011

BALANCE GENERAL DEL GOBIERNO DE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

Basado en el artículo de la revista Semana.com: Soñar no cuesta nada, en el artículo de la revista Dinero.com: Balance de algunos aspectos de la era Uribe y por último en  El Consejo Nacional de Planeación, su informe ‘Reflexión para la planeación, Balance general del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010

En el informe reflexión para la planeación, realizado por el Consejo Nacional de Planeación se hizo un balance general del plan nacional de desarrollo 2006-2010 el cual evaluó la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo Del gobierno de Álvaro Uribe sus logros y tareas pendientes de gobierno en materia de educación, economía, medio ambiente, desplazamiento y pobreza. Encontrando que a educación ha disminuido en aras de cobertura, el gobierno cumplió con los indicadores en temas como el crecimiento económico o la cobertura de la educación pero la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo no responde a las “necesidades reales de la ciudadanía” como lo menciona el Consejo Nacional de Planeación. 

Basándome en su plan de gobierno donde planteaba que cumpliría unas de sus metas en el 2010, en 2014 otras, y las finales, para 2009, año en el que Colombia debería estar, completamente pacificado y salido del “club de pobres” lastimosamente los resultados hoy en día no son los esperados su prioridad era el aumento de la inversión extrajera, por eso su principal prioridad fue derrotar a las FARC y su eslogan siempre fue la “SEGURIDAD DEMOCRÁTICA”, aunque se logró más que la inversión deseada (aspiraba a 25 por ciento del PIB y obtuvo el 27 por ciento), el modelo que se consolidó conspira contra otras de sus metas, pues está basado en el auge de la minería y el petróleo. Es decir, sectores donde prácticamente no se genera empleo. Si a eso se suma que para llegar a ese punto el gobierno tuvo que subir el gasto militar a niveles insospechados y que la se le fue la mano en exenciones tributarias a los inversionistas, lo que queda es un modelo que cojea, porque privilegia el capital por encima del trabajo aparte de que las regalías que recibe por la explotación de esos recursos son mínimas y no se cubren los daños ambientales y sociales que ocasiona. 

El desempleo según lo proyectado debía estar en 8,6 por ciento y sin embargo está en el 12 por ciento; superar la pobreza era un aspecto crítico y, sin embargo, hoy se está en el mismo punto que en 2004, en 45 por ciento, cuando, según los cálculos, debería estar en 33 por ciento. De hecho, Uribe se proponía bajar la indigencia al 12 por ciento pero esta permanece en 17 por ciento, y en cuanto a cerrar la brecha entre ricos y pobres el gobierno se rajó sin matices. En lugar de bajar a 0,52 por ciento, como se quería, subió a 0,58, dos puntos más de la situación anterior. Más grave aún si se tiene en cuenta que durante un lustro se creció por encima del 4 por ciento, se vendieron importantes empresas del Estado y hubo ganancias extraordinarias por los precios del petróleo; todo esto se desaprovechó para generar una verdadera distribución de la riqueza. 

En el tema de seguridad, si bien hay muchos logros ya conocidos, pero el Gobierno dijo que recuperamos la inversión extranjera debido a la seguridad. Pero el año en que más golpes recibieron las Farc, el 2008, fue el año que menor inversión hubo de todos los del Gobierno. O sea que esa relación no es tan cierta, además para 2010.
Los homicidios debían estar en 21 por cada 100.000 habitantes, y sin embargo, están en 37. Esta cifra es un avance respecto a la tasa de 45 que había en 2004, pero está lejos de lo que se había pronosticado. También el Plan presupone que en 2010 habría cero matas de coca en el país, y cero familias dedicadas a cultivos; que los narcos estarían reducidos a la mitad y los guerrilleros se irían desmovilizando de a uno. Nadie sabe de dónde salió esta cifra tan absurda. 

En realidad en los dos últimos años los cultivos han disminuido un 20 por ciento pero aún quedan 80.000 hectáreas. Mucha gente siguió en la ilegalidad por falta de oportunidades. 
Otros temas como lo de las tierras, infraestructura y pensiones. Para 2010 debían haber sido adjudicadas 205.000 hectáreas de extinción de dominio para proyectos de agricultura. En realidad se han extinguido más del triple, pero una tercera parte ha vuelto a manos de sus antiguos dueños y hasta finales del año pasado solo se habían adjudicado 50.000 hectáreas de estas. Es decir, una cuarta parte del pronóstico, ahora hay que esperar a ver si con el nuevo plan de Santos y Petro se dé la restitución de tierras. El gobierno aumentó el número de afiliados al sistema de pensiones y eliminó los más de cien regímenes especiales que existían en el país. Sin embargo, el pasivo pensional sigue representando un gasto muy grande para el país 



La infraestructura es el gran talón de Aquiles. Se debieron haber construido 1.200 kilómetros de vías de alta capacidad y calidad. Solo se logró construir la mitad, de las cuales hay entregadas únicamente 181 kilómetros de dobles calzadas. Pero hay firmadas concesiones por más de 4.000 kilómetros. El haber privilegiado las vías secundarias, como hizo Uribe en el Plan 2.500, si bien puede parecer un acto de equidad con las regiones, en realidad no resolvía los problemas estructurales ni la competitividad del país y cabe aclarar que parte de los problemas de infraestructura se debe a la corrupción en la licitación o contratación del estado con empresas encargadas de realizar las respectivas obras generando un atraso económico en el país. 

Adicionalmente se esperaba que el 60% de los aeropuertos estuviera para esta época funcionando en excelentes condiciones, lo cual está muy lejos de ser una realidad. Basta ver los problemas que ha tenido El Dorado en Bogotá.


En educación, a pesar de los logros en cobertura, sigue habiendo un gran embudo para los jóvenes que terminan secundaria, que son 300.000 cada año, de los cuales apenas 60.000 acceden a educación superior. Aunque muchos ingresan al Sena, todavía no hay evidencia de que logren superar el desempleo, que en esa franja de bachilleres es lo que más les preocupa a los expertos. 

Uribe no supo cambiar de énfasis en su segundo gobierno y su afán por la reelección lo enredó en un camino de clientelismo y politiquería que lo alejó de sus propias metas.

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