El inconveniente con el tráfico no terminará cuando las intervenciones concluyan. El caos en la congestión es estructural, si no hay medidas y políticas administrativas ni estructurales, la movilidad en Bogotá va a seguir siendo un problema. Se necesita más gestión y eficiencia”, aseguró Ricardo Montezuma, profesor de la Universidad Nacional.
Temas básicos como gestión del tránsito, semaforización, puentes vehiculares y peatonales, control al uso del automóvil, chatarrización de vehículos viejos, disminución de accidentes, muertos, etc. son algunos de los componentes que desencadenan la situación y que, por tanto, deben incluirse en las políticas administrativas relacionadas con la movilidad.
“Hemos perdido tres años en una serie de sofismas como el metro y el sistema integrado de transporte, pero las cosas del día a día no se solucionan. Hay mucha retórica, corrupción, politiquería y poca técnica”, agregó Montezuma.
Esta ciudad, con ocho millones de habitantes, tiene 15.656 km–carril de malla vial, el 40% en mal estado, según el Observatorio de Movilidad de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB). Las vías para la movilización siguen siendo las mismas de hace décadas, cuando la ciudad tenía miles de habitantes menos y, por tanto, menor número de vehículos.
De acuerdo con Fernando Viviescas, profesor de urbanismo de la Universidad Nacional, “el problema fundamental es que las calles y avenidas no han crecido a la escala que la ciudad lo ha hecho. Hay una absoluta desproporción entre el espacio que tenía que haber construido para que la movilidad fuera adecuada”.
En el sistema vial es donde más se evidencia la falta de planeación de una ciudad. Si no hay buenas ni suficientes avenidas, espacios por donde moverse, puentes sin orejas, pocos parqueaderos, carros estacionados sobre las vías y ausencia de autoridad en el tránsito, entre otras razones más, esto ocasiona caos, que es el resultado de la manera en que se piensa y se ejecuta en Bogotá.
“No hay vías adecuadas ni naturales que favorezcan el movimiento ni tampoco concepción urbana. Hay que mirar la lógica de los trazados y de las construcciones, actualizarse y mirar al futuro. Por ejemplo, la carrera séptima tiene las mismas dimensiones que tenía en el siglo XIX, la diferencia es que tenemos diez veces más carros y habitantes”.
De acuerdo con Paul Bromberg, docente de la Universidad Nacional, es evidente que “se necesita más infraestructura para movilización y una política vial más contundente en zonas que están embotelladas, como en el sur, donde aún hacen falta grandes vías. El norte se resolvería con vías de segundo piso, como en Ciudad de México”.
Las obras: ¿causa o consecuencia del problema?
Una ciudad requiere intervenciones viales y la construcción de nuevas obras urbanas para su desarrollo. El problema surge cuando esto no se realiza de manera coordinada y hay incumplimiento en las intervenciones, lo cual genera dificultades para los habitantes, quienes tienen que soportar trancones hasta de dos horas por trayectos que en circunstancias de tráfico común serían de 50 minutos.
La realización de más de 200 frentes obras para muchos son una causa del problema de movilidad. “El inconveniente es que todas se están haciendo al tiempo porque por los retrasos en las adecuaciones se están juntando proyectos viejos con nuevas intervenciones”, manifestó José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística, Movilidad y Transporte de la Universidad Nacional.
Se aceleró el número de carros
La ampliación de la medida de Pico y Placa a 14 horas diarias produjo un aumento en las compras de vehículos particulares y motocicletas. “Esta decisión es absurda, se salió de las manos, porque ahora cada día se ven más autos y motos, que al no tener control se convierten en otro problema”, opinó Montezuma.
El número de motos ascendió a 23 mil, lo cual representa el 17%, según cifras registradas por el Observatorio de Movilidad de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB).
Hasta el 2009, en la Capital había un total de 958.072 vehículos, 63 mil más que en el año anterior, es decir, esta cifra se incrementó en un 11%. Hasta octubre habían ingresado 76 mil carros y se proyecta que al finalizar el año la cifra ascienda a 116 mil, o sea que una fila de automóviles desde Bogotá hasta Cajamarca (Tolima) o San Gil (Santander) estará rodando por las mismas avenidas.
Aunque el tráfico es un problema en las grandes ciudades latinoamericanas, Bogotá requiere que la administración distrital desarrolle medidas y políticas estructurales, de fondo, que den solución no solo a los trancones sino a todas las problemáticas que la ciudad enfrenta en términos de tránsito y movilidad, las cuales son una muestra de la ausencia de direccionamiento, planeación y ejecución de un plan de gobierno que hasta el momento no genera resultados.